“No busques fuera de ti, el cielo está adentro”
Mary Lou Cook
Decir que el cielo es azul parece una perogrullada pero no lo es tanto, ya que aquí, en Donosti-San Sebastián, desde donde ahora os escribo, y donde centramos nuestra actividad de otoño-invierno (Escuela de cocina Zuhaizpe, tratamientos de hidroterapia de colon y a partir de enero el curso de enfermería integrativa y talleres de bioenergética), el cielo, casi todos los días, desde que comenzó el otoño, se ha teñido de grises…
Sin embargo, hablando en propiedad, el cielo no es azul; lo percibimos así, por la manera en que la atmósfera interactúa con los rayos del sol (y las distintas longitudes de onda de la luz) y el tono grisáceo se produce cuando aparecen las nubes cargadas de agua, que dificultan que la luz del sol las atraviese, generando en mucha gente esa percepción de cielo apagado, plomizo, pesado y la consiguiente sensación interna de pesadumbre y de “nublado” interior.
A pesar de lo que dice un proverbio chino “Jamás desesperes, aún estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes negras cae agua limpia y fecunda” estaréis de acuerdo conmigo en que vivir bajo un cielo permanentemente plomizo o constantemente azul, facilita o dificulta el día a día, según se mire. Un día perfecto puede ser soleado pero también puede serlo un día nublado y lluvioso; al final es una cuestión de actitud y de mirada. Y también de una constante elección de vivir lo que acontece fuera en clave de aprendizaje personal. En ese sentido, una climatología más adversa nos puede ayudar a ir forjando cualidades internas de resiliencia, adaptación, confianza para transitar momentos oscuros… Una de las cartas de las cualidades humanas de Zuhaizpe nos lo recuerda: “el que no ha afrontado la adversidad, no conoce su propia fuerza” y eso es aplicable a lo externo (clima) y a lo interno (ánimo).
Agradeciendo la lluvia
Cuenta la historia, que existió una vez una alegre y sabia anciana, que cuánto más pasaban los años más joven y alegre se sentía, incluso más que los propios jóvenes (porque la edad es una actitud, más que una cuestión de cifras) y que una vez le preguntaron si en su vida no había nubes oscuras. Y ésta contestó: ¿nubes oscuras? Claro que sí, si no existieran nubes oscuras, de dónde caerían las benditas lluvias…
En mi vida también hay nubes oscuras. En ocasiones se van rápido, pero en otras vienen para quedarse un largo rato tiñendo de gris mi mundo interior. Y he de confesaros que a diferencia de la anciana, a mi aun me queda camino para poder abrazar, como ella, con la sonrisa en los labios, todos los reveses de la vida; yo en pleno chaparrón, aun me pillo en la queja y/o queriendo salir del embrollo sin mojarme y claro está, eso es imposible.
Con el tiempo, he aprendido a agradecer el aprendizaje que viene envuelto en lo difícil, lo complejo o lo menos agradable y a saborear lo que emerge de eso que parecía el fin del mundo (como los temporales aquí en el norte). A veces lo difícil son pérdidas, como me ha acontecido entre noviembre y diciembre, otras lo desagradable son decepciones dolorosas o expectativas no cumplidas… pero todo ello me ayuda a ser una mujer más adulta, madura y menos inocente
Como diceRabindranath Tagore “Las nubes vienen flotando hacia mi vida, no sólo para traer la lluvia o acompañar la tormenta, sino para agregar color a mi puesta de Sol. “
Momentos para interiorizar y soltar
En cualquier caso, este otoño y su climatología (menos luz, temperaturas bajas, lluvias abundantes), como antesala del invierno, me va conduciendo, con suavidad, a realizar el camino de vuelta a casa, hacia mi interior, a lo más profundo. Como a los árboles de hoja caduca, el otoño me invita a dejar caer las hojas que se han secado y ya no me sirven y a bajar la energía hacia la tierra, volviendo a mi esencia, esperando el nuevo resurgir que llega cada primavera, tal como cuenta el mito de Perséfone, arquetipo de lo oscuro y doloroso transformador
Estos días de larga noche me (nos) traen también la oportunidad de interiorizar y replant(e)arme: ¿quién soy hoy? ¿quién quiero ser mañana? ¿que o a quién necesito soltar? ¿cuánto estoy disponible para ello?
Este ir hacia dentro, me conduce hacia lugares que tal vez, de otra manera, evitaría: paisajes internos más grises, lugares donde sólo el calorcito de mi propio sol-corazón, calma mi angustia. En esos momentos, sentirme acompañada, escuchada y entendida me da fuerza para continuar en el camino, confiando en que el final de trayecto me regalará una mayor conciencia de mi misma.
Y con esa mayor conciencia, soltando lo que sobra y volviendo a mi esencia, aprovecho el cielo gris, para ir plantando y cuidando con mimo las nuevas semillas que florecerán como cada año en la florida primavera de Zuhaizpe.
Un cálido abrazo otoñal y hasta el próximo post
Amalia Castro
Directora del Centro de Salud Vital Zuhaizpe
9 respuestas
Leerte es sentirme y darme el permiso d aceptar y asentir a lo q está pasando. Gracias Amalia 🥰🥰🥰
Eskerrik asko barnerako bidaia egiteko gonbidapen goxo hau konpartitzeagatik. Irudi eta hitz ederrak bakoitzaren jarrera eta ikuspuntuaren jabe izateko eta indarrak batzeko parada probetxatzeko.
Negu eskuzabala izan dadila gure barne munduak zaintzeko.
Gran reflexión y difícil aplicación.Muchas gracias
Bello mensaje, muchas gracias…
Muchas gracias Amalia.
Tus palabras son abono fértil para mi tierra interior hoy cubierta de hojas caídas por el otoño, que sirven a su vez de rico alimento y abrigo para recibir al invierno.
Un abrazo con cariño.
Muchas gracias Amalia
Un abrazo
Desde luego VIVIR aquí no es fácil; creo que la vida siempre nos exige un ESFUERZO para salir de lo que nos retrasa; en cada ocasión que repetimos errores: con la ira, con la pereza, tristeza, la decepción, con no pensar bien antes de actuar…Sin esfuerzo no se avanza, creo. Bueno, como no se avanza es si no eres consciente de lo que haces y de lo que te rodea…. tienes razón, eso es anterior al esfuerzo.
Pero hace poco oí esta frase en la película de Washington Square: «Quien no aplica remedios nuevos debe contar con nuevos males».
Y en cuanto a la frase de Mary Lou Cook, estoy de acuerdo, yo hice una especie de poesia para una canción que decia eso más o menos. Si notas la Luz interior, el Amor…. se va la angustia, eres muy poética diciéndolo.
Un abrazo y ¡¡¡Feliz Navidad!!!
Precioso, gracias🙏
Gracias Amalia. Cómo no recordar a «uno» de los Argensolas:
«Ese cielo azul que ves,
ni es cielo,
ni es azul»