El Kybalion recoge esa frase que dice que lo que es arriba es abajo y lo que es adentro es afuera, y ese principio del hermetismo, ese gran axioma de la correspondencia, se manifiesta en todo lo que nos rodea. La tierra es como un cuenco que acoge todo lo que hay más arriba, y el sol que nos da vida se plasma en la tierra en forma de naranja. Nuestro planeta tierra contiene miles de naranjas para que podamos comer sol. Redonda y naranja por fuera, y llena de vitaminas por dentro, la naranja es la expresión del sol en la tierra; llena de vida, llena de luz. Como dirían los antiguos médicos y sanadores, tiene signatura solar.
En invierno, cuando las horas de sol se reducen, comer naranjas es una manera de mantener la calidez del sol en nuestro organismo. La naranja ha acumulado la luz solar durante los meses de verano, ha recogido toda la energía del sol, y es a partir del otoño, cuando el calor del sol es menos intenso, cuando la madre tierra nos ofrece este alimento, una fuente inagotable de vitaminas para nuestras defensas; el sol del invierno.
Desde oriente hasta occidente
Esta fruta redonda, esférica, ha rodado de país en país, desde oriente hasta occidente, hasta extenderse prácticamente por todo el mundo. La naranja, conocida desde hace más de dos mil años bajo sus formas amargas y medicinales, proviene del sur de la China y del sur del Himalaya, donde parece que se cultivaba hace unos 4.000 años, aunque la primera información escrita data de hace 2.700 años. Desde aquellos tiempos remotos, su cultivo se fue extendiendo poco a poco por todo oriente. Los árabes la llevaron al norte de África. Y más tarde, en el siglo X, la introdujeron en Europa. La naranja dulce llegó a Europa con las Cruzadas y fue fruta de lujo hasta el siglo XIX.
El recorrido geográfico de la naranja se refleja también en su nombre, que hace alusión a su origen casi en cualquier idioma. La palabra naranja proviene del sánscrito narang, de ahí pasó al persa narensh, al árabe naranjah y al español naranja. El vocablo sánscrito narang deriva a su vez de la palabra sánscrita nagarunga, ‘la favorita de los elefantes’, en alusión a una leyenda de un elefante hambriento.
Se especula, no obstante, que narang no es una palabra nativa del sánscrito, sino que se tomó de las lenguas drávidas como el tamil, donde llaman narandam, a la naranja amarga, y nagarukam, a la naranja dulce.
Curiosidades
En otros idiomas europeos existen pequeñas variaciones del nombre originario: en portugués es laranja, al igual que en euskera, en gallego laranxa, en catalán taronja, en italiano arancia… Y en inglés y en francés, las naranjas se llaman orange, un nombre derivado de oro, aurum, quizás porque esta fruta es como oro para nuestra salud.
El cidro es un árbol lleno de leyendas y mitos. En la mitología griega se relaciona a las naranjas con los frutos dorados del Jardín de las Hespérides. Las ninfas que cuidaban aquel maravilloso jardín en un lejano rincón del occidente seguro que comían naranjas. En China la naranja está considerada un símbolo de buena fortuna y se suele consumir el segundo día de la fiesta de Año Nuevo. Y en Vietnam se obsequia con naranjas a los recién casados, como un símbolo de fecundidad.
Pero dejando de lado las curiosidades, y siguiendo con el recorrido geográfico, tenemos que hablar de Cristóbal Colón. Fue el quien llevó las semillas de este fruto a la isla La Española. De Haití pasaron a Brasil, Argentina, México, Estados Unidos… En la segunda mitad del siglo XIX se descubrió en Bahía (Brasil) una naranja que era más dulce y jugosa que ninguna otra, y, por si eso fuera poco, además no tenía pepitas. Esa especie fue llevada a California, donde años más tarde se convirtió en la reina de las naranjas, la variedad conocida hoy como Navel Washington.
La naranja amarga
La naranja es una fruta cítrica obtenida del naranjo dulce citrus sinensis y del naranjo amargo citrus aurantium, árbol de la familia de las rutáceas, que comprende más de 1.600 especies. El género citrus es el más importante de esta familia que consta de unas veinte especies con frutos comestibles como los mandarinos, los limoneros, los pomelos, los limeros y los kumquats. El citrus sinensis de la naranja dulce es el más cultivado y ha tenido a lo largo de la historia innumerables transformaciones y otras tantas hibridaciones, por lo que a día de hoy existen más de 2.000 variedades de naranjas, siendo la fruta de mayor producción mundial, con más de 70 millones de toneladas.
Pero no podemos olvidarnos del naranjo amargo, cultivado desde antiguo como árbol ornamental. El sabor amargo de su fruto lo convierte en no apto para el consumo, sin embargo, la esencia que contiene en la cáscara, así como las hojas y flores del árbol, se emplean con fines medicinales y para la elaboración de confituras y fragancias.
La flor de azahar o flor del naranjo, cuyo nombre proviene del árabe al-azahar que significa flor blanca, se recolecta en mayo y se seca y se guarda en tarros, para más tarde preparar el «agua de azahar», de propiedades sedantes y relajantes. De la flor de azahar del naranjo amargo se extrae el aceite esencial de azahar o nerolí, usado en perfumería.
Fuente de vitamina C
Pero vamos al grano. Los frutos de la naranja, llamados hespérides, tienen la particularidad de que su pulpa está formada por numerosas vesículas llenas de jugo, un total de once, ni más ni menos. Un número maestro para una fruta que lo tiene todo.
La naranja es una extraordinaria fuente de vitaminas A, B y C. Concretamente contiene vitaminas del grupo B (B3, B5 y sobre todo ácido fólico) y especialmente vitamina C (40 a 80 mg). Por eso se dice que una naranja de tamaño medio cubre las necesidades diarias recomendadas de vitamina C.
Pero no solo tiene vitaminas. La naranja nos aporta también algo de betacarotenos (120 mcg) y mucho calcio (40 mg), potasio (180 mg), fósforo (25 mg) y un poco de hierro (0,2 mg) y magnesio (10 mg).
El invierno, es el tiempo de las naranjas, y es que este pequeño sol está lleno de propiedades para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Podemos tomarlas como fruta, en ensaladas o en zumo, y también podemos aprovechar su cáscara para, con la ralladura, aromatizar los postres caseros y hacer ricas mermeladas. En este caso no tenemos que olvidar que si no es ecológica, la piel de la naranja está tratada con sustancias tóxicas como el difenilo y el tiabendazol para combatir la formación de hongos durante el transporte y el almacenaje. Como solemos decir, siempre es mejor, comer alimentos ecológicos.
Los colores del sol
Esto vale también para la cáscara del limón, otro cítrico que también, como su hermana la naranja, contiene infinitas propiedades, como sugiere ese dicho popular; Naranjas, naranjas, limones, limones, tengo una amiga que vale millones. Y es que hasta el arco iris ha elegido esos dos colores, el amarillo y el naranja, para comenzar a pintar su arco infinito, los colores del sol por excelencia, los colores que también representan el oro, como escribió el poeta uruguayo Liber Falco en Parábola:
Uno dice:
«Qué bellas naranjas color de oro».
Y el otro alborozado:
El oro es un color ahora, camarada.
El sol también es Sol
y el agua, agua.
Un color más tiene la vida ahora.
Y nosotros más vida
y menos muerte.
¡A comer sol!
9 respuestas
Es cierto q hacidifican la sangre?
Buenos días Mercedes 🤗!
Respecto a lo que nos preguntas, la respuesta es no. Los ácidos volatiles de la naranja se descomponen en el estomago, y a partir de su degradación son liberados los minerales, las vitaminas, las enzimas y los antioxidantes que pasan al interior del cuerpo. Los últimos estudios corroboran esta teoría; los ácidos se neutralizan en el estómago, se degradan, y a partir de ahí se extraen los micronutrientes. La naranja es uno de los grandes alimentos, llena de antioxidantes y vitamina C.
¡Salud-os desde Zuhaizpe!
ESKERRIK ASKO! Aprendo mucho con vuestros artículos.
!ME ENTUSIASMAN!
Gabon Bilbotik.
Me ha encantado el artículo. Gracias por tan interesante aportación.
De siempre me ha gustado mucho todo tipo de frutas y en especial este artículo de la naranja me ha traído recuerdos de la infancia, adoraba las Naranjas y el Sol y a día de hoy también.
Amo la Naturaleza!!!! Para mí, la Naturaleza es, Sabiduría en Estado Puro.
Es la primera vez que escribo y quiero daros las gracias por todo lo que compartís. Es muy enriquecedor.
Gracias, gracias, gracias!!!
Un Gran Abrazo para todo el equipo!!!
Muchísimas gracias a ti por seguirnos y por tu comentario. ¡Nos encanta saber que todo nuestro contenido te resulta útil e interesante! Un abrazo desde Zuhaizpe.
Gracias por brindarnos atisbos del conocimiento y de saviduria y🙏🏼❤️🎶🎵
¡Gracias a ti por seguirnos y por tus palabras!
Gracias por su artículo de la naranja, como siempre, muy interesante, pero… también pienso que si la persona está sana, la naranja viene estupendamente y con todo los beneficios ya citados, pero si hay un problema inflamatorio, no viene tan bien ya que es un pelín proinflamatoria y creadora de mucosidades en épocas frias, siendo las opciones de la mandarina o pomelo mejores. ¿Qué opinan? Gracias
¡Buenas tardes Aran!
La naranja no es pro-inflamatoria. A no ser que se tenga gastritis o ulcera de estómago o de duodeno, es un gran alimento, lleno de vitaminas y de signatura solar. Lo que hay que tener en cuenta es la compatibilidad de alimentos. Desde la visión de la medicina higienista no es recomendable mezclar las frutas ácidas con las dulces, ni mezclar las frutas con otros alimentos, especialmente con almidones, por eso no se debe tomar como postre. La naranja es energía del sol concentrada.
Muchísimas gracias por tu comentario y por seguirnos. ¡Salud-os!