Una invitación
Respiración consciente. Quietud mental. Contacto con la naturaleza. Expresión emocional. Son algunos de los pilares que nos ayudan a conquistar un estado de más salud. Su práctica en Zuhaizpe es constante; desde que entráis por la puerta y pisáis la hierba del jardín, el lugar os invita a sólo ESTAR:
“Nada que hacer, nada que pensar, sólo estar. Estar, estando”.
¿Os suena?¿Os re-suena…?
Nuestros pies descalzos, cada mañana, nos vinculan con la tierra para bajar la energía mental al cuerpo. Nos desperezamos, tomamos consciencia de cada una de nuestras partes; desde lo físico, nos hacemos presentes para conectarnos con la vida que somos, intentando armonizarnos en conjunto, partiendo de lo primero que hicimos al nacer y de lo último que haremos al partir: RESPIRAR
Día Internacional de la Relajación, la excusa perfecta
Muchos son los motivos por los que decidís venir a Zuhaizpe. Cada persona tiene alguno que le pesa o le urge más que otros. Pero la mayoría, antes de hacer la reserva por teléfono, expresa una necesidad vital que cada vez es más frecuente: la de “relajarse y descansar”.
Hoy es el Día Internacional de la Relajación. Y nos alegramos de que haya en el calendario un recordatorio de este tipo que nos haga detenernos, siquiera un minuto, para dar el primer paso hacia todo lo demás. Es una excusa perfecta para ti, que estás leyendo esto, para interrumpir, incluso, la lectura y que ésta te inspire a volver al momento presente y al lugar dondequiera que estés (pero acuérdate también de espirar y “soltar”, no vaya a ser que tengamos un susto ;-). Porque, sencillamente, si no respiramos, no vivimos. Es algo tan obvio que se nos olvida.
Una lista estresante…
La lista de enfermedades en las que el estrés juega un papel primordial es tan larga que resulta estresante, tan sólo, el hecho de pensar en elaborarla. Trastornos de todo tipo: coronarios, gastrointestinales, respiratorios, articulares, musculares, dermatológicos, endocrinos, en la conducta sexual, en la conducta alimentaria, en el crecimiento, en el sueño, la depresión, la ansiedad, migrañas, dolores crónicos, Alzheimer, psicosis aguda.., pueden estar relacionados con una mala gestión del estrés, cuando menos. Cuando más, ésta puede ser una de las causas desencadenantes de procesos que, en ocasiones, degeneran y se cronifican.
¿Por qué no nos enseñan a relajarnos desde la infancia?
Educar en salud desde las escuelas, los hogares y todos aquellos lugares donde los niños empiezan a adquirir hábitos de salud, es una de las tareas que también intentamos llevar a cabo desde Zuhaizpe. ¿Por qué es más importante, desde el sistema educativo (y es un ejemplo), enseñar a los más pequeños a memorizar los tiempos verbales, que a respirar? ¿De qué les sirve saber que “respirando” es gerundio, si no integran, desde su más tierna infancia, que llevar a la acción consciente el significado de ese verbo, es lo que más los va a acercar a la salud y a la vida?
Cuestión de armonía
El equilibrio entre el movimiento y el reposo ayuda a nuestro organismo en su totalidad a estar más sano. Claro que en una sociedad donde los estímulos que recibimos, de todo tipo, ejercen tan poderosa presión, consciente e inconsciente, sobre nuestras células, resulta un acto casi revolucionario ponerse a una misma como prioridad, aprendiendo a situar bien los límites entre lo que podemos, queremos, y lo que (según nuestras interpretaciones) se nos exige desde fuera. Detenernos en la pulsión de la acción-reacción para, de nuevo, respirar y observarnos: ¿Qué es lo que estoy sintiendo? ¿Qué pensamiento me está pasando por la mente? ¿Cómo se manifiesta esa emoción en mi cuerpo? ¿Me conviene un parón de tres minutos, antes de dar una respuesta? ¿Quiero, efectivamente, responder o, lo que me gustaría realmente es, simplemente, no hacer ni decir nada, y dejar que ese momento también pase…? Relajarnos es hacer todo el rato ese ejercicio armónico, al ritmo que nos pida nuestra respiración. Hay quien asegura que ese es, verdaderamente, nuestro único trabajo.
En ocasiones, sin embargo, lo que nos resulta más difícil es establecer esos mismos límites, no hacia fuera, sino de puertas para dentro. Es decir, recordarnos en nuestro diálogo interno, una y otra vez, otra vez y una más, que la única oportunidad para vivir (en lugar de sobrevivir) se está produciendo aquí y ahora.
Desde luego, hay múltiples técnicas, terapias o actividades como el yoga, la meditación, el deporte o la danza, entre otras, que nos ayudan a centrarnos en nuestra respiración para poder vivir más relajados. ¡Bienvenidas sean! Pero para todas aquellas personas que no dispongáis de esos momentos de autocuidado, la recomendación es RESPIRAR, RESPIRAR Y RESPIRAR de la manera más consciente y profunda que os sea posible.
A nuestro aire
La relajación es la medicina preventiva más potente que existe para que cualquier enfermedad esclerosante (que tiende al endurecimiento) se llegue a manifestar en forma de síntoma físico. Es lo contrario a la rigidez. De ahí que “soltar” patrones fijos de pensamientos, actitudes, hábitos aprendidos y repetidos hasta la saciedad, y otros mecanismos del ego para mantenernos esclavos de la identificación, sea una labor de crecimiento personal interesante, motivadora y necesaria, si lo que nos mueve es la voluntad de “cuidarnos para curarnos”. Eso sí, a nuestro aire, sea el que sea, para desaprender y desacelerar esa carrera mental que impone la obligación de llegar los primeros, de llegar cuanto antes, de ser más, de ser mejores, de conseguirlo ¡ya!… Aunque no sepamos aún ni quiénes somos.
Quizás, algo que nos puede ayudar a respirar de manera más profunda y consciente, y por tanto más saludable, sea el dato de la velocidad a la que la tierra y todo nuestro sistema planetario gira en espiral por el universo, con nosotros dentro… ¿De verdad tenemos tanta prisa?
Feliz Día Internacional de la Relajación y hasta el próximo post.
SALUD-OS!
Equipo Viviendo Zuhaizpe
2 respuestas
Muy instructivo,didactico,y sabes que debería ser así,pero cuando estás trabajando eso no lo consigo hacer parar,respirar reflexionar,y actuar
No es sencillo Javier, pero sí muy necesario. De ahí la importancia de no olvidarlo.