Este es el primero de una serie de textos que voy a dedicar a diferentes enfermedades. No con la intención de centrarme en sus síntomas, ni en su diagnóstico, sino con la voluntad de ir más allá y ampliar la comprensión, a nivel más profundo, a la hora de revisar los procesos que conducen a ellas y, en general, a un estado de menor salud en nuestra globalidad y trayectoria vital.
La hepatitis nos habla principalmente del hígado. Pero, ¿qué nos está queriendo decir nuestro cuerpo cuando se expresa a través de ella en forma de inflamación?
Un órgano impar en el sistema metabólico
El hígado es un órgano imparque casi no tiene forma propia y que se adapta al entorno, tal y como haría una esponja en el agua. Es por eso que, en Medicina Antroposófica, decimos que regenta el organismo acuoso. Así, la sensación de sed se origina en este órgano que también influye en la ingestión, eliminación y distribución de los líquidos en el cuerpo.
A su vez, el hígado tiene un gran poder de regeneración, ya que puede perder hasta el 75% de su tejido sin dejar de funcionar. ¡Y mejor así! Es, como si dijéramos, “la planta en mí”, porque aunque cortemos una parte, ella vuelve a crecer, restableciéndose.
Reservorio de sangre
La persona no suele tener síntomas especiales cuando el hígado empieza a deteriorarse, aunque tampoco se siente bien. Cuando aparece algún indicio, lo hace de forma crónica. Y estos síntomas crónicos pueden indicar que el órgano ya está muy enfermo.
Por otro lado, el hígado contiene un 20% de toda la sangre del cuerpo y pesa 1,50 Kg. Según Arthur Clifton Guyton: “El hígado es un órgano grande, dilatable y venoso, capaz de actuar como un importante reservorio de sangreen aquellas ocasiones en las que existe un exceso de ésta. A su vez, está capacitado para suplir de sangre al organismo cuando éste disminuye el volumen sanguíneo”.
Órgano sensorial y gustativo
La hepatitis se puede acompañar dealteraciones en el apetito y en el gusto, un riesgo muy actual, pues confundimos alimentos que nutren, con comestibles que “nos llenan” pero que carecen de nutrientes porque están repletos de sustancias químicas y tóxicas. De esta manera, “no gustamos” los alimentos naturales y confundimos el apetito o la necesidad de tapar vacíos emocionalescon el hambre. Así, el gusto actúa de una manera muy superficial, sin captar la verdadera esencia del alimento, ya que no penetra en toda su profundidad.
Algunas funciones…
Una de las grandes tareas del hígado es limpiar y desintoxicar la sangre de bacterias y otras sustancias extrañas. Lo hace a través de las grandes células Kupffler. Pero tiene otras muchas funciones como metabolizar los hidratos de carbono o almacenar glucógeno. Esta última es muy importante para mantener en índices normales la concentración de glucosa en sangre, sirviendo de almacén de proteínas y lípidos con el fin de adaptarse a las necesidades de todo el organismo. Además, también regula los niveles de colesterolpor medio de la bilisy elimina y regula la bilirrubina. Finalmente, es el órgano encargado de vitalizar los nutrientes ingeridos y absorbidos.
La sobrecarga de alcohol y otros tóxicos
El alcohol puede provocar tres tipos de daños hepáticos: la acumulación de grasa (hígado graso), la inflamación (hepatitis alcohólica) y la aparición de cirrosis. Pero además de esta bebida, hay otros tóxicos, como por ejemplo, los contaminantes medioambientales o la misma medicación química, que de la misma manera pueden dañar al hígado. Mejor dicho; el hígado cae enfermo cuando intenta neutralizar y eliminar dichas sustancias tóxicas y químicas, debido a que este órgano reconoce fácilmente las sustancias naturales, como son los nutrientes que contienen las frutas, las verduras o los cereales, pero no puede reconocer los productos elaborados en un laboratorio, que son elementos extraños para él y para nuestro organismo.
Intento de curación global
En ocasiones, la hepatitis puede estar acompañada de síntomas como falta de apetito, náuseas, vómitos y, a menudo, fiebre y dolor en la zona. Es una enfermedad de calor y la inflamación del órgano puede estar queriendo indicar un intento de curación a nivel orgánico.Los virus vienen después. Según algunos autores, dicha inflamación es reactiva, es decir, una reacción de la enfermedad y no propia de ella.
De esta manera, según las tesis que propone la Medicina Higienista, la hepatitis es, con frecuencia, un intento de autocuración mediante la labor desintoxicativa del hígado, que pretende dar respuesta y curar a todo el organismo. De ahí que, en muchas ocasiones, las enzimas hepáticas (transaminasas)se eleven, indicando su gran esfuerzo desintoxicativo y de regeneración.
De efectos retardados
La zona hepática no da síntomas rápidamente. A menudo, las enfermedades que afectan a esta parte de nuestro organismo se desarrollan lenta y larvadamente, de forma oculta. El hígado no responde inmediatamente, encontrándose como en un estado latente. Y en el tratamientoocurre lo mismo; es un órganoque tarda en responder.
Hepatitis aguda, crónica, y cirrosis
La hepatitis aguda muestra el predominio de los procesos inflamatorios del metabolismo. Por el contrario, la cirrosis hepática se desarrolla cuando las cualidades del Sistema Neurosensorial, que porta la fuerza estructural y los procesos de esclerosis, dominan en el hígado. Mientras la hepatitis es una enfermedad inflamatoria, la cirrosis es esclerosante.
Con el paso del tiempo, una inflamación crónica puede desembocar en una cirrosis, situación en la que el hígado pierde gran parte de su funcionalidad. La cirrosis hepática es, pues, la enfermedad esclerosante del hígado; endurecedora, crónica y degenerativa.
A menudo, la inflamación hepática o hepatitis, en un porcentaje muy elevado, se cura por si misma o, en el peor de los casos, se vuelve crónica. Las enfermedades hepáticas, en general, tiñen el mundo emocional, coloreándolo hacia la depresióny la falta de voluntad. Lo vemos a continuación.
Hígado, vesícula biliar y depresión
Muchas de nuestras frases populares indican la interrelación del sistema hepato-biliar con la vida y las emociones: ¡Qué hígados tienes! ¡Has echado hasta la bilis!
No en vano decía Rudolf Steinerque “el hígado es el órgano que da al ser humano el corajepara transformar una acción pensada en una acción cumplida… permitiendo la transformación de los pensamientos en acción”.
En las enfermedades que afectan a este órgano, tal como he apuntado anteriormente, se observa un síntoma mayor que domina la vida de los pacientes:la depresión. Pueden existir tambiéntrastornos de sueño con despertar nocturno entre las dos y las cuatrode la mañana.
Las manifestaciones psíquicas aparecen al principio, en la mayor parte de los casos, en forma de tendencias depresivas, con ligeros cambios emocionales y signos de fatiga y agotamiento. Luego, puede aparecer irritabilidad o apatíay manifestaciones de desesperanza.
“Querer y no poder”
La persona con signo hepático no presenta síntomas claros, pero puede revestir un carácter somato-depresivo larvado, afectándole tanto al plano físico, como al psíquico: falta de proyectos, cansancio, escaso interés, desidia y debilitamiento importante de las fuerzas vitalesacompañan a estos trastornos. Es un “querer y no poder” de la persona, que ve gravemente disminuido su dinamismo y su capacidad para tomar decisiones.
El nudo en la boca del estómago
El hígado está relacionado con el centro del sistema nervioso simpático, conocido como ganglio celíaco o plexo solar, en la boca del estómago. El bloqueo energético de dicha zona (tercer chacra o quinto segmento, según Wilhelm Reich) junto con el bloqueo del diafragma, ocasionan el popularmente conocido como “nudo en la boca del estómago”.La ansiedad, la angustia, el miedo, la ira no expresada…, alteran dicha zona y, en consecuencia, afectan al sistema hepato-biliar así como también al páncreas.
Alimentos perjudiciales para el hígado
- El azúcarindustrial, debido a su refinamiento, se encuentra alejado de la vida, ya que se trata de una sustancia mineral cristalizada y desnaturalizada. Ésta y el alcohol son dos claros tóxicos para el hígado, siendo también el último veneno para la mucosa digestiva. Además, cuanto mayor es su concentración, más daño hace al órgano en cuestión.
- La función del hígado es proporcionar sustancia viva al organismo. Igual que son recomendables todo lo que sean alimentos vivos, son perjudiciales todo tipo de comestibles muertos: alimentos industrializados, manipulados y refinados, llenos de conservantes, colorantes y aromas químicos, etc. que le es imposible reconocer y mucho más, asimilar.
- Fuera de este ámbito, como ya he mencionado, son especialmente nocivos los pesticidas, los herbicidas y los abonos. La mayor producción y liberación de bilis tiene lugar por la mañana y disminuye por la noche, por lo que cenar alimentos ricos en grasa no es nada aconsejable, ya que la secreción biliar es muy necesaria para su buena digestión. De hecho, la bilis tiene un “efecto jabón” que disuelve los glóbulos grandes y compactos de grasa y los convierte en globulillos muy pequeños, para que puedan ser catabolizados por las enzimas pancreáticas (lipasas). Por eso, las cenas ricas en grasas son tan indigestas, porque se produce una menor elaboración biliar.
“Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”.
Don Quijote a Sancho
- Los alimentos fritos y grasas representan una carga considerable para este órgano y deben evitarse.
- La costumbre de ingerir bebidas frías, recién sacadas del frigorífico, también es un mal hábito.
- Decía Rudolf Steinerque “si el niño ingiere una leche inadecuada, el hígado constantemente se “enoja”. Es decir, la única leche buena para el lactante es la leche materna. Todo lo demás es “mala leche”.
- Las conservas vegetales: en ellas se produce una pérdida de fuerzas formativas y es difícil que el hígado pueda vitalizarlas. La recomendación es añadir a su consumo alimentos crudos en forma de ensaladao zumos de vegetales crudos.
Terapia hepatobiliar
Una característica de la esencia de la bilis es su sabor amargo. De ahí la frase: “es amarga como la hiel”.
Estas son algunas de las sustancias naturales que se utilizan en la terapia hepatobiliar:
- Plantas amargas: Tienen que ver con el cuerpo energético y fortalecen la vitalidad. Son buenas, por ejemplo, la alcachofa o el diente de león en ensalada, así como el cardo mariano, el boldo o el desmodium, en infusión.
- La achicoriaestá indicada en aquellas situaciones de estancamiento o estasis que pueden evidenciarse en el ámbito hepático (colestasis) o en el estómago, por ejemplo, como sensación de plenitud, lo cual se da frecuentemente en el caso de mala calidad de los alimentos.
Cada especie de planta, en la naturaleza, está realizando una función que, en paralelo, encuentra su reflejo y se desarrolla en los órganos internos del ser humano. En concreto, las plantas amargas están realizando una función que, de alguna manera, se asemeja a la que tiene el hígado y los conductos biliares en nuestro organismo.
Aplicaciones externas
- Compresas de milenrama: En el tratamiento de la hepatitis crónica se utilizan aplicaciones externas en el hígado (compresas o envolturas). En la práctica clínica, se ha comprobado que la milenrama es efectiva en compresa para los síntomas de espasmos (retorcijones) o presión en el abdomen superior.
Esta aplicación es fundamental, ya que el mayor riesgo, en cuanto a alteraciones se refiere, proviene de los procesos endurecedores que desembocan en cirrosis. La envoltura de milenrama tiende a disolver y a vivificar. El calor húmedo favorece particularmente la acción asimilativa del hígado, aumentando la corriente de incorporación al interior del organismo a través de la bilis.
Aplicación: Hacer una infusión de milenrama, dejar diez minutos reposar, colar, mojar el paño, restregar y poner en la zona durante una hora al mediodía; envolver aplicando una bolsa de agua caliente. Primero, diariamente y, más adelante, de dos a tres veces por semana. Estimula la parte más formadora de la actividad hepática.
- Cúrcuma longa: Con esta planta, el elemento floral desciende hasta la organización de la raíz. Es uno de los componentes del curri. Entre los remedios básicos para las enfermedades de la vía biliar se incluye un extracto del rizoma de la cúrcuma junto con el chelidonium. La cúrcuma tiene una acción más estimulante, mientras que la achicoria es más tranquilizante. Se utiliza en cálculos biliares.
En el siguiente vídeo podéis ver cómo se aplican las compresas de milenrama:
Este artículo y los que seguirán tienen la intención de contribuir a una verdadera Educación para la Salud que nos ayude a comprender la importancia de responsabilizarnos de nuestras vidas y de nuestras decisiones, teniendo toda la información posible a nuestro alcance . Convertirnos en «hacientes» y «actuantes» de nuestros procesos de Salud, dejando de ser sólo «pacientes» pasivos, en manos de terceros, es una imperiosa necesidad para agrandar la mirada en cuanto al concepto de enfermedad se refiere, conocernos a nosotros mismos, ampliar el arte de curar y caminar hacia una Salud en mayúsculas.
Dr. Karmelo Bizkarra
Director médico del Centro de Salud Vital Zuhaizpe
Un comentario
Quisiera mas consejos para desintoxicar el hígado
Gracias