
Uvas, bayas de colores
De pulpa blanca o púrpura, siempre dulce, la piel de esta fruta que ahora comienza a pintar los paisajes, puede ser de tan infinitos colores y matices como infinito es el universo.
De pulpa blanca o púrpura, siempre dulce, la piel de esta fruta que ahora comienza a pintar los paisajes, puede ser de tan infinitos colores y matices como infinito es el universo.
La remolacha, esa hortaliza que oculta bajo la tierra se impregna de la luz del sol absorbiendo una frecuencia concreta. Al comer remolacha, comemos esa energía del sol, pero también la de la tierra, de sus minerales, y es que si hay un alimento que tenga sabor a tierra, esa es la remolacha.
Todavía era un joven adulto cuando tuve mi primer contacto con el concepto del ayuno, a través del libro «La Nueva Tierra» del maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov, que me llevó a una experiencia inicial sin ningún tipo de supervisión, solo como un autodidacta. En ese momento, decidí ayunar una vez a la semana durante la Cuaresma.
Pequeña y redonda, de color rojo intenso, a veces casi morado, la cereza es esa fruta que nos remite a recuerdos de la infancia, a los bucólicos días de verano, a paseos por valles y senderos, y a sabores e instantes que no se olvidan.
Para la diosa del amor las fresas eran sagradas. Según la mitología griega, nacieron de sus lágrimas al morir Adonis. Pero estas bayas no son propiedad exclusiva de esta deidad. Freyja, diosa del amor y de la belleza en la mitología nórdica y germánica, se dice que tenía poderes de seducción gracias a las fresas.
Para la diosa del amor las fresas eran sagradas. Según la mitología griega, nacieron de sus lágrimas al morir Adonis. Pero estas bayas no son propiedad exclusiva de esta deidad. Freyja, diosa del amor y de la belleza en la mitología nórdica y germánica, se dice que tenía poderes de seducción gracias a las fresas.
El guisante fue uno de los primeros cultivos de la humanidad, por lo que cabe suponer que nuestros ancestros y nuestras ancestras han practicado desde hace miles de años ese ritual de abrir la vaina y separar las semillas para echarlas en un cuenco.
Nuestro planeta tierra contiene miles de naranjas para que podamos comer sol. Redonda y naranja por fuera, y llena de vitaminas por dentro, la naranja es la expresión del sol en la tierra; llena de vida, llena de luz. Como dirían los antiguos médicos y sanadores, tiene signatura solar.
Al igual que la castaña, nuestro alimento del mes de diciembre, el boniato es otro de los regalos que nos traen el otoño y el invierno, y precisamente por eso lo hemos elegido para este mes de enero.